LA formación de la sensibilidad: el poder de la literatura y el arte en las aulas.

Pasamos un largo tiempo de nuestras vidas en la escuela, y mucho se ha dicho sobre la formación académica dentro de ella: habilidades matemáticas, estrategias para solucionar problemas, comprensión lectora, conocimientos cívicos y éticos, entre muchas otras metas. Pero poco se habla de una cuestión, porque, debido a su carácter es más implícita en la educación: ¿cómo es que la escuela forma nuestra sensibilidad?

Ciertamente, uno de los cimientos de esta formación es la implementación de la literatura y del arte; con el fin particular de preservar la cultura, ofrecer medios de expresión para las y los estudiantes y agilizar la comprensión lectora. Pero entonces, ¿Por qué en un estudio de Forbes México, se revela que la empresa Kumon señaló que el 60% de estudiantes de primarias en México tienen graves deficiencias en la lectura?, ¿Por qué desde 2021 el INEGI observa que casi la mitad de la población sin educación básica (47.3%), con educación básica concluida o algún grado de educación media (49%), no lee obras literarias?

Una respuesta obvia es el bajo nivel educativo que no provee  buenas herramientas a las y los estudiantes, tanto en su aspecto emocional como intelectual. Pero, con respecto a la literatura, a pesar de su inclusión obligatoria en la educación, usualmente las reacciones son de desinterés o aburrimiento. Y por otro lado, las actividades artísticas como pintura, clases de música o talleres de danza y teatro, se ven simplemente como entretenimiento o igualmente con hastío.

Personalmente creo que esto se debe a que la inclusión de la literatura y del arte en la educación llega a considerarse fríamente en: tan sólo leer para conocer autores nuevos, como simple reiteración cultural; la literatura y el arte usualmente se tratan como mera información, y no como instancias creativas y poderosas.

Una vez detectada esta problemática, surge una nueva pregunta: ¿cómo hacer de los espacios educativos, de la propia pedagogía, del aprendizaje, un espacio habitado por la emoción y la creatividad? Una respuesta podría ser conocer el verdadero poder del arte y la literatura para los corazones y mentes de jóvenes; la lectura y el arte son fuentes de transformación de la sensibilidad, y por tanto, al ser implementadas en un régimen educativo pueden ser fuertes aliadas para cultivar mentes brillantes, creativas y sensibles.

Además, sirven para el desarrollo de habilidades cognitivas, debido a la reflexión y análisis despertados por la lectura y las actividades artísticas. Si nos diéramos cuenta de que la imaginación y la creatividad son cruciales para un genuino pensamiento crítico y no accesorios, entonces quizás comenzaríamos a ver y enseñar las artes de manera distinta.

Por otro lado, estas disciplinas permiten a las y los estudiantes explorar y expresar sus emociones, pensamientos y experiencias de manera única, promoviendo así el desarrollo emocional, académico y personal. El escritor Arturo Córdova Just, director de la Escuela de Escritores de México, expresó en una entrevista de Nocturnari otra poderosa consecuencia de la literatura: “[…] lo que desarrollamos son voces, son expresividades, y entendemos que cada expresividad, aún en las semejanzas, es profundamente distinta. Entonces hay un respeto por la singularidad de cada uno. […] lo que nos importa es que cada uno sepa escuchar su voz, sepan apreciar lo que dicen sus compañeros y lo que dice la maestra o el maestro y juntos aprender a apreciar el texto […]”. Es decir, la implementación de la literatura entre estudiantes ayuda a configurar la identidad personal, mientras que se aprecia la diferencia de los otros. Así la literatura se revela como un espacio de comunidad, de convivencia e interés.

Por último, otra maravilla de estas disciplinas es que posibilitan un pensamiento interdisciplinario, ya que van interconectadas con otras disciplinas como la historia, la filosofía, la psicología y la sociología, a las cuales se acude mediante la apreciación estética, de una manera que puede ser más disfrutable para las y los estudiantes.

En conclusión, la literatura y el arte son fuentes fundamentales para incluir en la educación, debido a sus efectos en la sensibilidad y pensamiento de las y los estudiantes, pero siempre con responsabilidad y conciencia de su fuerza.

 

Blog escrito por Regina Oteiza Arrieta, estudiante en servicio social de la Universidad Iberoamericana.

 

Fuentes: 

https://www.forbes.com.mx/el-60-de-los-estudiantes-de-primaria-en-mexico-tienen-lectura-deficiente/

https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSociodemo/MOLEC2020_04.pdf

https://nocturnario.com.mx/revista/entrevista-cordova/

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