La práctica presentada por la Mtra. Martha Lucía Valdéz Vargas, se desarrolló en la Esc. Primaria José Ma. Morelos y Pavón ubicada en la ciudad de San Luis Potosí con un grupo de sexto grado. Una vez realizado el diagnóstico de aprendizajes al inicio del ciclo escolar, se evidenciaron escenarios de rezago en un alto porcentaje de alumnos con relación a la producción de textos. La práctica se centró en el uso de dos instrumentos de evaluación aplicados por distintos agentes evaluadores y el acompañamiento de la docente en los procesos de redacción, considerando los resultados de las valoraciones como una evaluación diagnóstica cíclica que permitiera, por un lado, la mejora en la producción escrita atendiendo las características de los diferentes textos redactados a lo largo del ciclo escolar y al mismo tiempo, un cambio actitudinal, conductual y cognitivo de los estudiantes respecto a sus competencias comunicativas escritas.

Nombre completo: Martha Lucía Valdez Vargas
Función y nombre de la escuela: Maestra frente a grupo de la
Esc. Prim. José Ma. Morelos y Pavón
Municipio/alcaldía y entidad federativa: San Luis Potosí

Ubiquemos la Buena Práctica
Categoría: Diagnóstico de los Aprendizajes
Nivel y modalidad educativa: Primaria
Grado escolar:
Turno: Matutino

Fines perseguidos:
La intención de esta práctica se enfocó en continuar con el proceso del desarrollo de competencias para comunicarse, a través de la producción de distintos tipos de textos en alumnos que cursan el sexto grado de educación primaria. Después del proceso de evaluación diagnóstica, se detectaron dificultades para producir textos en los alumnos pues se observó que solo dos de los 22 estudiantes valorados, se ubicaron en el nivel esperado de acuerdo con los estándares del Sistema de Alerta temprana (SisAT).1

La buena práctica buscó consolidar la competencia comunicativa a través de la redacción de textos, promoviendo la metacognición; apoyándose en diferentes agentes evaluadores (autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación) y el uso diversos instrumentos de evaluación (listas de cotejo y rúbricas).

Objetivo General:
Lograr que los alumnos identifiquen sus fortalezas y las áreas de oportunidad para producir textos que cumplan con su propósito comunicativo a través de los distintos agentes de evaluación.

Objetivos Específicos:
● Hacer de la evaluación, la base para orientar las estrategias que permitan a los alumnos consolidar las competencias de redacción de los distintos tipos de texto.
● Lograr que los alumnos, a través de los distintos agentes de evaluación, identifiquen sus avances y reflexionen acerca de las acciones que deben realizar para mejorar sus producciones escritas.

Puntos clave de la práctica:
Etapa de evaluación diagnóstica
El inicio de esta buena práctica, surge durante el periodo de evaluación diagnóstica, en ella se detectaron las dificultades que los alumnos tenían para lograr comunicar sus ideas, pensamientos y sentimientos a través de la lengua escrita.

La evaluación más allá de una calificación
Considerar la evaluación desde la perspectiva formativa, implicó ir más allá de otorgar una calificación numérica a las producciones escritas de los alumnos. Esto me llevó a recuperar distintas alternativas de evaluación para lograr que los estudiantes, por una parte, mejoraran sus producciones escritas y por otra, continuaran sus avances en las futuras producciones escritas de manera autónoma.

De esta forma, consideré necesario implementar la estrategia de evaluación de análisis de desempeño utilizando dos instrumentos de evaluación: las listas de cotejo y rúbricas. Involucrar a los alumnos como agentes evaluadores en la valoración de sus producciones y las de sus compañeros, representó una muy buena oportunidad para favorecer la metacognición.

El papel activo de los alumnos en el proceso de redacción
Lograr producir un texto implica poner en juego las diversas habilidades, conocimientos y destrezas que los alumnos han ido adquiriendo a lo largo de su trayecto formativo. También supone, saber cómo dar a conocer nuestras ideas, pensamientos o sentimientos a través de un código que otro debe comprender. Si bien, el uso del internet ha sido una herramienta que ha facilitado la producción de textos, también ha contribuido a que los alumnos en muchos casos simplemente copien y peguen párrafos para entregar sus redacciones, situación que entorpece el desarrollo de proceso de aprendizaje como redactores.

El papel activo de los estudiantes al producir textos, requiere del acompañamiento del docente. La evaluación que se da a lo largo de todo el proceso de redacción es la herramienta principal que permitirá la mejora de sus producciones, al mismo tiempo que reforzará el sentido de responsabilidad del estudiante por su propio aprendizaje.

El rol del docente como acompañante en el proceso de redacción de los estudiantes.
Al recibir el grupo de sexto grado, supuse que los alumnos tenían ya avanzada la competencia para poder comunicarse de manera escrita, redactando diferentes tipos de textos e identificando las características de éstos. Sin embargo, la evaluación diagnóstica evidenció las dificultades que tenían los chicos para redactar de manera autónoma. Me di cuenta de que el papel como acompañante en ese proceso para apoyar a los alumnos en la redacción de distintos tipos de textos, era fundamental. Por lo tanto, mi papel
como docente consistió en acompañar a mis estudiantes a lo largo de sus procesos de redacción, orientándolos siempre hacia la utilización de distintos instrumentos de evaluación que les permitieran monitorear sus avances.

Principales cambios observados:
Evaluar las producciones escritas de mis alumnos desde distintas perspectivas a través del uso de los instrumentos como las listas de cotejo y las rúbricas, motivaron cambios en varios aspectos. El más relevante fue el cambio actitudinal, conductual y cognitivo observado en los alumnos.

Regresar de un largo periodo de clases a distancia donde se privilegió la entrega de trabajos para evaluar, dejó en los estudiantes la costumbre de “redactar” textos a partir de otros que recuperaban generalmente de internet, copiar y pegar fue en una práctica común en la que los alumnos realizaban sus producciones,en muchas ocasiones sin siquiera haberlos leído con anterioridad. Esto es lo que  se conoce como «Aprendizaje Superficial» que consiste en actividades de bajo rendimiento cognitivo enfocadas a reproducir información.

Cuando los alumnos se sintieron acompañados en la producción de textos apoyados en los instrumentos de evaluación, mostraron mayor interés por realizar sus propias producciones escritas. Se observó que los alumnos comenzaron a interesarse, por ejemplo, en buscar información que respondiera a sus propias preguntas guía, a elegir un tema interesante para ellos mismos, a escribir la trama de una historia de terror a partir de sus experiencias y hasta sueños o dar a entender a otros a través de un instructivo las indicaciones de un juego, esto representó un enorme avance en la motivación intrínseca y en su propio espíritu de escritor. Esto hizo que los alumnos vieran la producción de textos como una tarea menos compleja, una tarea que les permitía descubrir sus propios estilos de redacción y saber que los demás también tienen los suyos.

Llegar a este punto no fue gracias a la evaluación tradicional de las producciones de los estudiantes, la cual supone que el docente solamente califique y/o corrija textos. Realizar una valoración centrada en los procesos de redacción, es decir, la puesta en práctica de una evaluación que involucrara a los alumnos al  asumir un papel activo ya fuera como coevaluador de sus pares o autoevaluando sus propios textos, les permitió lograr un autoconocimiento, tanto de sus habilidades para redactar sus producciones, como de
sus áreas de oportunidad en cuanto al uso de los recursos literarios específicos de cada tipo texto.

Una vez que los alumnos asumieron un papel activo en la evaluación y comenzaron a usar primero listas de cotejo y posteriormente rúbricas, se observó en los chicos cierta consciencia sobre su propio desempeño al producir textos. Esto los llevó a realizar redacciones que cumplían con las características esenciales del tipo de textos que debían producir, a ser cada vez más extensas sus producciones, pero especialmente, a ver la redacción como una manera de comunicarse no solamente a través del habla y pensar que la comunicación escrita requiere de un esfuerzo del escritor por dar a conocer sus ideas, pensamientos y sentimientos de manera clara, para que el lector logre entenderlos de la mejor forma.

Una de las actividades a realizar en el mes de febrero fue elaborar una carta a un amigo, esta debía redactarse en una sola sesión ya que se debía escribir en el ordenador en la clase de computación. Les di algunas pautas sobre la estructura de la carta, pero les mencioné que lo más importante era el mensaje que le querían transmitir a sus amigos. Cuando fueron entregadas el 14 de febrero en el convivo que organizamos, me emocionó observar el impacto que causó la carta a uno de los destinatarios. Un chico de 11 años que al leer la carta que su amigo le había dedicado, logro conmoverlo hasta las lágrimas. De eso se trata escribir, de comunicar nuestras ideas, nuestros pensamientos y sentimientos de la mejor manera, a tal grado que se logre un impacto que mueva las ideas, pensamientos y sentimientos de quien las lee.

De lo que los alumnos produjeron a inicios del ciclo escolar como parte de la evaluación diagnóstica (la redacción de una noticia), hasta la redacción de una carta a sus amigos, hay mucho camino andado, enriquecedor y extenuante pero alentador.

Entre colegas: recomendaciones para hacer uso de la estrategia o de sus componentes
Concebir la evaluación desde otra perspectiva y hacerla viable, representa la oportunidad de redirigir el proceso educativo en las aulas y lograr mejores resultados en los aprendizajes de los alumnos. Esto conlleva el uso de distintos instrumentos y técnicas de evaluación, así como promover un papel activo en los alumnos sobre sus propias producciones escritas. Esa es la primera recomendación, dejar de ver la  evaluación como la culminación del proceso de enseñanza aprendizaje sino como parte de ese proceso, un proceso cíclico en espiral. Pensar que el diagnóstico de los aprendizajes es una constante que nos lleva
siempre a la mejora de aprendizajes.

Pensar en la evaluación de esa manera también lleva tiempo, en la medida que se vaya experimentando con el uso de diferentes instrumentos y técnicas de evaluación, y dando un rol activo a los estudiantes, se podrán ir observando paulatinamente cambios actitudinales, conductuales y cognitivos en los alumnos. El segundo paso es atreverse a experimentarlo.

Este cambio en la concepción de la evaluación no solamente debe darse en los docentes que están trabajando en las aulas, también los directivos de cada escuela podrían contribuir para favorecer la puesta en marcha de evaluaciones encaminadas a la mejora de los resultados, tanto del desempeño de los docentes, como del aprendizaje de los alumnos. Es necesario el acompañamiento entre docentes y directivos, que el colectivo escolar este en la misma sintonía.

El Consejo Técnico Escolar es el espacio idóneo para comenzar a cambiar el paradigma tradicional de la evaluación al de la evaluación formativa. En mi caso, compartir las experiencias al colectivo de docentes en las sesiones de Consejo Técnico, han motivado a algunas compañeras a poner en práctica el uso de listas de cotejo en distintas situaciones y los resultados han sido alentadores, tanto para la docente como para sus alumnos.

Se trata de concebir el diagnóstico de los aprendizajes, no sólo como el espacio temporal donde la evaluación inicial ayuda a encontrar las áreas de oportunidad de los alumnos en cuanto a la consolidación de aprendizajes. Ver la evaluación diagnóstica como ese continuo proceso de valoración dónde le alumno, el docente y los pares contribuyen al desarrollo de las competencias, en este caso, de las comunicativas.

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