El cómic y la educación.

El cómic siempre ha sido una literatura dejada a los lados; sabemos que existe, podemos nombrar algunas obras, pero nunca se encuentra en un lugar que le pueda dar el reconocimiento que tiene, a pesar de tener una historia de alrededor 300 años. Ya han existido varios intentos de hacer que se tenga el reconocimiento cultural que tiene que dársele, como la novela gráfica, empezada por el argentino Germán Oesterheld con el Eternauta (1968), o el manga, popularizado en México por la adaptación de la obra de Akira Toriyama Dragon Ball (1984). 

 Especialmente hoy en día el cómic ha tomado un lugar silencioso pero sumamente significativo en el mundo: para empezar, el manga ha tomado primacía en medios culturales, por ejemplo con las adaptaciones de One Piece y Demon Slayer. Además, productos culturales de altísima importancia como todo el cine de superhéroes vienen directamente de adaptaciones de narrativas gráficas: Watchmen, Marvel, DC… El punto al que quiero llegar es sencillo: el cómic está por todos lados, pero no está en ninguno, simplemente porque no se le termina reconociendo. Y no podemos hacer la vista gorda y negar que los productos culturales afectan directamente cómo funciona la educación.

En una de mis clases de literatura, como acostumbran quienes estudian esa carrera, hablamos de lo que la gente lee y no lee (a eso se reduce el chisme literario muchas veces). Y una profesora que estaba trabajando en una preparatoria nos compartió una reflexión: “para aprender matemáticas hay miles de recursos …  puedes ir a Khan Academy, o YouTube, o a lo que quieras… pero yo no puedo resumir una novela, porque no sirve de nada: tengo que leerla”. “Claro”, pensé, “es muy difícil enseñar literatura, cuando lo que se necesita para aprender literatura y lectura es leer”.  Pero ella, siendo astuta, tuvo una estrategia: dejaba cuentos de Edgar Keret. Cuentos que las y los niños podían leer en los camiones, antes de entrar a clase, en los baños, en el recreo. Cuentos de dos o tres minutos de lectura. Complejos pero cortos. Entonces se me ocurrió ir a preguntar a muchas personas: “¿cuántas novelas gráficas leíste entre primaria y prepa que te dejó la escuela?”.

 La respuesta fue tan predecible como decepcionante: en raros casos, apenas se habían leído una o dos obras gráficas, algunas tiras cómicas como Mafalda, y eso que no pregunté acerca de cualquier tipo de análisis. Y esto representa un problema tanto en el sistema educativo como en el mundo editorial. Pues la literatura gráfica sigue estando de lado, y las y los autores de este tipo de contenido siguen estando en un nicho. Y los sistemas educativos se pierden de una valiosa herramienta de enseñanza.

Y lo interesante es que a diferencia de una novela o ensayo, las obras gráficas se soportan de recursos narrativos y de recursos visuales: si no entiendes lo que dice, velo. Un gran ejemplo es la trilogía de ensayos acerca de Scott McCloud: son ensayos acerca de cómics, que ellos mismos son cómics. Como concluye este estudio:

El cómic como recurso didáctico en la escuela básica primaria ayuda en el proceso de enseñanza-aprendizaje, puesto que es un gran instrumento tanto a la hora de aprender como a la hora de divertirse. Asimismo, el hecho de dibujar con la acción de involucrar imágenes para adquirir nuevos conocimientos es algo que en el periodo de la infancia genera una experiencia enriquecedora. Algunas temáticas del español guiadas por el uso de éste como agente motivante permite el desarrollo de un aprendizaje significativo que facilitarán al individuo una interpretación y comprensión de los diversos medios de comunicación presentes en la sociedad actual (Galeano 111).

Es decir, entendemos lo básico de cómo leerlos —especialmente porque son lenguaje visual—, los hemos hecho, los vemos en casi cada uno de los productos culturales que nos rodean, y aún así, los ignoramos. No estoy diciendo que deberíamos reemplazar todo el programa de lectura por cómics, aunque haya personas que les gustaría eso. Estoy diciendo que para subir nuestras capacidades de lectura y crítica, es importante incluirlos.

Aquí dejo una lista de cómics de todo tipo de temas:

  • El fantasma de Anya (EEUU).
  • Spy X Family (Japón).
  • One Piece (Japón).
  • El instante amarillo (México).
  • Stand Still Stay Silent (Noruego, sin traducción al español pero perfecto para aprender inglés).

El cómic como herramienta pedagógica en la escuela básica primaria. Galeano, Hilda Vivian Mora. 2011. https://core.ac.uk/download/pdf/198441273.pdf

 

Emiliano García Sanz, estudiante de la Universidad Iberoamericana de la carrera de Literatura Latinoamericana.

 

 

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