educación responsable en México.

Tradicionalmente, la escuela había fijado la atención, solamente, en el desarrollo de las habilidades intelectuales y motrices de las niñas, niños y jóvenes, sin prestar el mismo interés por las emociones; se pensaba que esta área correspondía más al ámbito familiar que al escolar o que era parte del carácter de cada persona. La educación en México, ha tenido varios cambios, desde 2012, se puso en marcha un proceso de transformación educativa: la Reforma Educativa, en donde lo que se pretendía era mejorar la calidad y la equidad de la educación, a fin de que todos los estudiantes se formaran integralmente y lograran los aprendizajes que necesitaban para desarrollar con éxito sus proyectos de vida en un mundo globalizado. En el 2016 la Secretaría de Educación Pública, presentó un planteamiento para la actualización del modelo educativo; señalando, entre otras cosas, la introducción de un enfoque humanista y el énfasis en las habilidades socioemocionales. Llegado a entender que estas habilidades son fundamentales para el desarrollo de las personas, porque se asocian con trayectorias escolares, personales y laborales más exitosas y con mejor aprendizaje.

Actualmente con la Nueva Escuela Mexicana (NEM) se ha trabajado el desarrollo emocional en las aulas, a través de: aprender a autorregular las emociones y generar las destrezas necesarias para solucionar conflictos de forma pacífica, lograr el autoconocimiento a partir de la exploración de las motivaciones, necesidades, pensamientos y emociones propias; ser empático; fortalecer la autoconfianza; aprender a escuchar y a respetar; cultivar una actitud responsable, positiva y optimista; desarrollar la capacidad de resiliencia; minimizar la vulnerabilidad orientado al bienestar y el respeto de los alumnos hacia su persona y los demás.

Con esto, surgió un problema, a pesar de ver y sentir la necesidad de trabajar la parte emocional, muchos maestros no sabían y no se les había mostrado cómo trabajarla.

El programa Educación Responsable llega a sumarse a la misión de Proeducación para fomentar ese desarrollo socioemocional y creatividad en los niños, por medio de recursos educativos muy completos para fortalecer las habilidades para la vida tales como, trabajo en equipo, comunicación, expresión y convivencia; ya que cuando un niño se conoce y tiene confianza en sí mismo, puede comprender a los demás, reconocer y expresar sus emociones, tener autocontrol, así como aprende a tomar decisiones responsables, valorar y cuidar su salud y además mejorar sus habilidades sociales; esto es hablar de un desarrollo integral. El plan de formación que se brinda a los Maestros es un gran apoyo de aprendizaje.

Proeducación y el programa de Educación Responsable de Fundación Botín se complementaron y brindaron una nueva forma de mirar, y expandir la visión de crear, y conocer que a través del arte se pueden adquirir nuevas estrategias de aprendizaje, llenaron esa parte que tanto hacía falta, la parte socioemocional, además de ser un programa de mucho aprendizaje, es un programa creativo, artístico, lúdico y hace que los alumnos realmente trabajen sus emociones.

Hemos llevado el programa un año y medio y, las satisfacciones han sido muchas, ha habido cambios tanto en alumnos, como en los maestros. Recuerdo un caso en donde en una escuela los maestros se sentían rebasados para trabajar con un niño, ya que era desafiante, no participaba y solo inquietaba al resto del grupo, al finalizar el ciclo escolar, las maestras decían que no sabían qué había sucedido pero el niño había cambiado  mucho, participaba, apoyaba a sus compañeros, era más tranquilo, decían “el programa logró cambiarlo”; también puedo mencionar otro caso en donde un niño muy callado y apartado, no participaba, al llevar banco de herramientas, el niño comenzó a hablar de lo que sentía, a ponerle nombre a sus sentimientos, a ser empático, a participar.

Todas esas actividades en donde los niños se pueden convertir en investigadores, en artistas, en dónde se promueve el análisis y la reflexión, el ser empáticos, el aprender a cuidarse, a tomar decisiones, son las que han ayudado a lograr un cambio, tanto en niños, como con los maestros y me atrevería a decir, con algunos papás.

Actualmente con la pandemia, se ha visto más la necesidad de trabajar el área socioemocional. Los recursos han permitido que los niños hablen de lo que sienten, compartan sus emociones, y lleguen a entender la importancia de expresar todos esos sentimientos. Un día en una actividad de Reflejarte, un niño menciono que su lugar especial, era un altar a su abuelito (tenía poco tiempo de fallecido), era su lugar especial porque le recordaba a su abuelo y todo lo que vivió con él; es un sentimiento difícil de manejar, sin embargo, este tipo de actividades le ayudó a la aceptación.

Estamos contentos con los resultados obtenidos, emocionados por los avances en las escuelas, agradecidos con Fundación Botín por colaborar con nosotros y esperamos que esto que se inició, continúe por mucho tiempo más.

Contribución de Virginia Velázquez de PROED.

 

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