Prevención y desarrollo.
Si en el caos que es vivir, fuera posible atinar el factor singular más predominante en la calidad de vida, éste sería la profundidad de las amistades de las que nos rodeamos.
En el largo plazo, hay solo un puñado de cosas que nos aseguran una buena calidad de vida: hacer ejercicio, alimentarse sanamente y ser capaces de satisfacer nuestras necesidades básicas son de las más evidentes. Sin embargo, hay una que es igual de relevante pero que no es de las primeras en venirnos a la mente: la amistad.
Para todos es evidente que tener buenas amistades es bueno. Pero, probablemente, no sabemos qué tan bueno.
Desde 1938, la Universidad de Harvard realiza el Estudio del Desarrollo Adulto, en el que investiga qué tan relevantes son las relaciones e interacciones sociales en el desarrollo personal de los humanos. En él detalla lo evidente: cuidar nuestro cuerpo es importante. Sin embargo, hace una revelación inesperada: tener relaciones sociales satisfactorias es un factor igual de relevante y con el mismo impacto en nuestra salud y felicidad en el largo plazo.
El estudio de la Universidad de Harvard y otros, han hallado que las buenas relaciones sociales promueven la liberación de endorfinas, lo que se convierte en una mayor tolerancia al dolor y prevención de la depresión.
Al mismo tiempo, encontraron que las personas con soledad tienen peor estado de salud a lo largo de su vida y, sobretodo, en la vejez. Pues a pesar de las dolencias físicas que ocurren naturalmente, aquellas personas que durante toda su vida cultivaron buenas amistades son, en general, más felices; y además tienen vidas más largas.
Pero los beneficios no son solo en el aspecto físico o en la salud: resulta que quienes procuraron buenas amistades no solo tienen un mejor estado físico, sino también mental. Los adultos mayores que están rodeados por un círculo social en el que pueden confiar y apoyarse permanecen lúcidos durante más tiempo.
En conclusión, uno de los factores más importantes para conservar y desarrollarnos como humanos, además de una buena alimentación y actividad física, es fomentar y conservar buenas relaciones sociales. Hay una correlación directa e importante entre tener buenos amigos, tener salud y ser felices.
Y si ya estamos trabajando en nuestro propio desarrollo, ¿cómo podemos contribuir al desarrollo de los niños y las niñas en México? Una de las líneas de acción en Proed es Prevención y desarrollo humano, en la que buscamos:
- Formar y acompañar a toda la comunidad escolar para el fortalecimiento emocional.
- Promover ambientes escolares y familiares de protección para el desarrollo pleno de los niños y niñas.
- Fomentar la cultura de prevención de adicciones.
En 2019 impactamos las vidas de más de 9,000 niños, niñas, madres y padres de familia a través de presentaciones teatrales, cuentos escritos, cursos modulares de apoyo a prácticas positivas de formación desde la familia, cursos para la formación y desarrollo de habilidades de convivencia, resiliencia, asertividad, manejo de emociones y resolución de conflictos, prevención de adicciones y el planteamiento de un proyecto de vida.
Sin embargo, necesitamos tu ayuda para continuar con nuestra misión. Por favor considera hacer una donación para ayudar en el desarrollo humano de los niños y las niñas en México. Agradecemos tus donativos.