La importancia de la relación madre-hijo

Con la madre se establece el primer vínculo afectivo de nuestra vida, inclusive desde antes de nacer; es con quien generamos nuestra primera dependencia emocional y a quien le entregamos toda nuestra confianza, quienes nos cuidaron desde pequeños y nos sentaron las bases para ser las personas que somos hoy. 

Como madre, la manera en la que ellas interactúen con su hijo estará relacionado directamente con su manera de comportarse y comunicarse en sus años de vida posteriores. En los primeros meses de vida el bebé construye una confianza alrededor de su mamá, sabiendo que ella estará cuando lo requiera, que, aunque esto signifique a esa edad cubrir meramente sus necesidades físicas, al crecer, esa confianza se va a interiorizar, formando parte de su autoestima, su responsabilidad afectiva y su conducta. 

La profesora Ana Perianes, de la Universidad CEU de San Pablo (2016) menciona que, en efecto, la relación madre-hijo tiene una influencia epigenética en el desarrollo cognitivo de los niños, es decir, que hasta cierto punto se puede influenciar el potencial genético del menor. Por ejemplo, la genética con la que nacen los niños es incambiable, sin embargo, su desarrollo neurológico se puede ver acelerado, retrasado o detenido completamente dependiendo del ambiente familiar que este tuvo a lo largo de sus primeros años de vida, influenciando todos los aspectos de su vida, psicológico, emocional y social. 

Sin duda, las madres son un pilar en la familia y  sin ellas la sociedad no sería lo que es hoy. Gracias a su amor y apoyo incondicional nos forman para ser lo que somos hoy y lo que seremos mañana. 

De parte de toda la familia PROED les agradecemos  por lo que son y todo lo que impactan  en las vidas de todos los niños y niñas. ¡GRACIAS MAMÁS!

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