Escuelas primarias y covid-19 ¿Dónde estamos?
El 2020 fue un año de cambios y retos para la educación. El COVID 19 puso a prueba la eficiencia de nuestro sistema educativo. Se rumoraba sobre el incremento del índice de deserción, se cuestionaba la calidad del programa “Aprende en Casa” y existían un sin fin de especulaciones respecto al aprendizaje adquirido durante el año de educación a distancia. El Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (INEGI) decidió hacer fin a las especulaciones e investigar sobre las consecuencias hacia docentes, familias y estudiantes en el pasado año. Con esto en mente, se llevó a cabo la “Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación”.
Una de las inquietudes más grandes era la deserción escolar. ¿Cuántos niños y niñas dejaron de estudiar debido a la pandemia? La educación a nivel primaria fue la menos afectada en este aspecto, lo que en primera instancia parece ser un alivio. En comparación al ciclo escolar 2019-2020, para el periodo 2020-2021 el 97.6% de los niños fueron inscritos. De estos, 1.4% no fue inscrito debido al COVID. Si bien es el grupo de edad con el porcentaje más bajo de deserción, es importante preguntarnos si los estudiantes realmente están teniendo una experiencia escolar digna. ¿Cómo aprenden los niños y niñas que continúan con sus estudios? ¿Bajo qué condiciones atienden sus clases?
La encuesta evidenció que, si bien el programa “Aprende en Casa” está en curso, la televisión no es el medio principal por el que los alumnos y alumnas están aprendiendo. En el ciclo escolar 2019-2020, el 72% de los estudiantes de primaria utilizaban un celular como aparato principal para la educación, 9.6% usaron una computadora portátil, 8.8% la televisión, 5.6% una tablet y 4% una computadora de escritorio. Un año después, el porcentaje de teléfonos móviles disminuye a 70.2%, pero continúa teniendo la mayor representación. 9.8% usan una computadora portátil, 6.7% la televisión, 5.6% una tablet y 3.9% una computadora de escritorio. Podemos observar que el uso de la televisión también disminuyó. Si bien en un inicio 8.8% de los estudiantes utilizaron la televisión, conforme avanzó tanto la pandemia como el ciclo escolar el número de estudiantes que ultizaron prioritariamente la televisión se redujo significativamente. ¿Qué está sucediendo con el plan de educación a distancia que no parece suficiente para los alumnos y alumnas? ¿De qué manera se ha complementado? ¿Quiénes se han encargado de acompañar a los niños en este proceso complementario?
Los datos demuestran que el 98.7% de los alumnos y alumnas de primaria recibieron apoyo con sus estudios por parte de alguna persona en su vivienda. Esto los convierte en el grupo con mayor presencia de familiares u otros adultos en su proceso educativo. Por otro lado, los porcentajes muestran que, en su mayoría, este apoyo es dado por mujeres. El 77% del apoyo es brindado por mamás, 10.9% por una familiar mujer y 0.8% por otra adulta mujer, mientras que 7.9% es dado por papás, 3.1% por un familiar hombre y 0.1% por otro adulto hombre. ¿Cuál es la razón detrás de esto? ¿Cómo participa cada miembro de la familia en la educación de las y los estudiantes?
Un último resultado interesante es la cantidad de tiempo que los niños y niñas están dedicando a sus estudios por día. La encuesta reflejó que el 56.6% de ellos pasan de 3 a 5 horas estudiando, 24.2% menos de 3 horas, 13.7 entre 6 y 7 horas y 5.5 más de 8 horas. Si bien es entendible que la cantidad de horas haya disminuido actualmente que están aprendiendo desde casa, es importante preguntarnos: ¿cuáles son los factores que inciden en que los alumnos y alumnas dediquen menos tiempo a sus estudios?, ¿qué podemos hacer para ayudarles?, ¿de qué manera podemos reforzar el conocimiento que adquieren en ese tiempo?
En Proed nos hemos comprometido a apoyar a las y los estudiantes, sobre todo madres (viendo los resultados del INEGI) pero también a padres de familia y docentes en el proceso de adaptación a la educación a distancia. Con el esfuerzo y compromiso de todas las partes, nos hemos enfocado en las preguntas que arrojan los datos recabados en la encuesta para disminuir lo más posible la dimensión de los efectos del último año.
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